Ando tristonga.... y ando igual... era como decía hace un rato (bah... desde hace un buen tiempo....) uno cree que no, pero todo sigue andando... y uno no .... estás ahi estancado, parado, sin poder decir nada... o sí que andás tristongo, que ya se me va a pasar... que no es nada que me quite el sueño... y capaz que es mentira, pero qué le vas a ir a decir?
yo sé que vos tenés tu mochila y vos y el de al lado... y el otro que está más allá... el tema es cómo la llevamos... y a mi a veces me cuesta, sabés? Yo le pongo la garra day per day, pero hay días que no... que no tengo más ganas y me digo: hasta acá llegué, lloremos un poco.... voy al cine, me miro una peli de lágrima fácil...(antes de partir, puede ser una opción) bajo unos cuantos cambios (empezando por el ritmo del caminar), hasta que un día, no lo tengo calculado, siento que adentro hay algo pesado, cargado... le cuento a una amiga (que hacía una hora le había contado que andaba "regia, como siempre") que estaba tristonga y ahi arranca todo... tas tristona y no hay vuelta atrás... querés una cama, una almohada que seque tus lágrimas y listo... a veces te pasa que necesitas una oreja, un amigo que no diga nada, que te escuche y te de un abrazo cuando los espasmos ya se hayan ido.
Acabo de leer:
La madurez es el arte de vivir en paz con lo que es imposible de cambiar
Si es así, por casa falta un cacho para llegar a...
5 comentarios:
y estabas tan callada estos días... pero ya ves, será que estás creciendo. porque, sabés? también a mi me pasa. y encima a veces me pregunto cuál es el límite exacto, cuándo pasó, que no nos dimos cuenta, que no me dí cuenta, por lo menos, cuál es el límite en el cual uno dejó de simplemente crecer para comenzar además a envejecer. Y digo además porque crecer, en definitiva, no dejamos de crecer nunca. incluso esas mochilas, que vos decís, que vos y yo y todos cargamos, en definitiva, nos ayudan a crecer, porque todos los días, aunque no nos demos cuenta, aprendemos cosas, aprendemos algo. claro, es mucho mejor cuando sí te das cuenta, porque entonces podés sacar algo de ese aprendizaje, a menudo tan duro, tan áspero. más áspero todavía cuando se es joven, como vos, delicada, como vos, que después el cuerpo se termina acostumbrando. (mentira. no se acostumbra nunca. porque no se trata del cuerpo, al menos no solamente, sino también de eso que está adentro de uno, llamalo como vos quieras.)
estabas tan callada estos días, justo vos, siempre tan elocuente, tan amable y pura simpatía y sonrisa, pero no en estos días, qué le estará pasando, pensaba yo y, por supuesto, no te decía nada.
será que estás creciendo. Estas cosas pasan. Pasan todo el tiempo.
y qué podría yo decirte. que a mí me pasa lo mismo? si ya lo sabés, si ya lo escribiste... tal vez que no queda más remedio que aceptarse, esos días en que uno crece pero no del modo en que le gustaría, en que el cuerpo (o eso que está adentro de uno) se resiste a crecer de esa manera, y entonces la cama, la almohada, el llanto, la nececidad de alguien que, de alguien que, ni uno mismo sabe qué, exactamente.
yo no puedo abrazarte. no tengo brazos quizás. solamente letras en una pantalla vacía que se va llenando de a poco con todo esto, ya ves. o si tengo brazos, estoy tan lejos. pero no. pero si te queda algo de esa imaginación que todos tenemos cuando somos chicos, cuando todavía no crecimos tanto, y yo estoy seguro que sí, porque nadie crece tanto como para dejar de lado esas cosas, te pido que te imagines que estas palabras son un abrazo, antes y después de los espasmos, que no es fácil encontrar los tiempos justos.
Anónimo, gracias :)
Nada tenés que agradecer, y vos sabés que no soy un anónimo.
"La madurez es el arte de vivir en paz con lo que es imposible de cambiar."
(Y vos me decías que no habías entendido de qué se trataba el zen?)
Hace un rato me dijeron que la frase estaba incompleta:
La madurez es el arte de vivir en paz con lo que es imposible de cambiar. Y con la valentía de cambiar aquello que se puede cambiar"...
Digamos que esta úlitma parte es más positive... le quita un poco de peso a tanta resignación...
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