lunes, 4 de mayo de 2009


Hace un día o dos (no sé) tengo fiebre fuerte. No sé para qué lo cuento si no tiene nada que ver con lo que iba a decir... 
Recién entré al blog y ví que mis últimas entradas, la mayoría, eran canciones. ¿Mi vida es un canción? Seguro. La tuya también. Quizás detrás de ellas hay algo que se esconde, algo que se dice y no. Recién, fue un segundo que me dije: estoy en paz. Fue una sensación casi plena. Me olvidé del mundo y me sentí a ver cómo estaba y la sensación fue única y sólo de ese momento. Todo en menos de un segundo... hace muchos años, cuando era niña y buscaba respuestas (aún las sigo buscando, a pesar de saber que lo mejor es encontrar sin buscar) leí: "la felicidad es un momento: una buen vino, una buena charla..." y me acuerdo que entonces no me gustó esa respuesta. La sentí muy "mala onda" o muy escéptica. Hoy sí creo que la felicidad está en esos pequeños detalles. Pero no me pregunten por qué, en el fondo sigo teniendo esa vaga sensación de que la felicidad es algo duradero. El hombre desde que es hombre tiene una sensibilidad innata. Al igual que los animales, buscamos sobrevivir y cuidar al par que está al lado. Pero hoy no sé qué pasa... competencia desleal, desconfianza, envidia, egoísmo, individualismo, y tantas otras cosas más nos separan... A veces quisiera tener el poder de hacer correr por el mundo una lluvia sanadora que perdone, reconcile, neutralice tensiones... 
No sé con quien hablaba y decía: quizás las cosas, en el fondo, sean más simples y uno se encarga de hacerlas complicadas. Digo, ¿qué tanta vuelta a las vueltas de la vida? Mejor ocuparse en crecer, ser mejores personas y ayudar al resto a que lo sea. Alguien se preguntará qué es bueno para quién y yo digo: la envidia es envidia, el egoísmo es egoísmo y el perdón es el perdón... no sé si para estas cosas hay tantas vueltas... quizás me equivoque, no sé. 
Y bueno, todo esto venía a colación de que en el fondo sospecho de que la felicidad es algo duradero. Quizás dentro de 25 años me diga: loca, que ilusas eras... pero qué querés que te diga?, prefiero pensar eso, antes que creer que todo es una mierda y que esto es un camino de lamentos. Ojo! no te voy a negar que más de una vez dije: alguien quiere hacerse cargo de mi vida? Ya no quiero jugar más este juego. Pero bueno, todo pasa... y lo que queda es el aprendizaje y quizás eso mismo sea parte de la felicidad.  Sí, casi que segura.